top of page

Detener un impulso, ejercicio práctico

  • Foto del escritor: Ágora psicólogas
    Ágora psicólogas
  • 25 abr 2018
  • 5 Min. de lectura

Por Mª Ángeles Infante Castro


Martes por la tarde, mi jefe me llama en el trabajo para echarme la bronca por algo que supuestamente “no he hecho todo lo mejor que podía hacer”, un malestar intenso empieza a invadirme, en mi cabeza se acumulan pensamientos tales como “no me valoran en mi trabajo”, “solo se fija en lo que hago mal”, “odio trabajar aquí”, “encima de todo lo que hago y encima me recrimina eso” “esto no va a salir bien, al final me echarán”.

Empiezo a sentirme mal por todos esos pensamientos que de manera automática se van generando en mi cabeza, me siento frustrado/a, desganado, enfadado e incluso con ganas de llorar y lo único de lo que tengo ganas es de salir de aquí lo antes posible e irme a tomarme unas cervezas, o puede que me compre un paquete de bollos de chocolate y un helado enorme y termine de sentirme fatal del todo, mañana empiezo de nuevo a renacer pero hoy me apetece autodestruirme con cualquier vicio estúpido que me haga olvidar lo mal que me siento.

Y podría hacerlo, y seguramente durante la hora o dos horas que dure mi distracción sentiré algo de calma o placer por la cantidad de dopamina que generará mi cerebro pero después….no quiero ni pensar en la culpa que voy a sentir, puede que mañana en lugar de volver a empezar mi día con alegría tenga que salir de la cama arrastrándome por los efectos de mi “ocurrencia” y el bajón me dure dos o tres días hasta que vuelva a recuperar las ganas de vivir y me recupere algo del atracón que me dí.

Pero ¿qué otra cosa podría hacer?

Sigo en el trabajo, no puedo salir de aquí por ahora y mi ansiedad está subiendo, solo quiero ahogar mis penas de una vez y olvidarme de todo por un rato.

Pero entonces, abro el portátil y me pongo a escribir. Escupo todos esos pensamientos negativos que me vienen a la cabeza, me desahogo insultando a mi jefe pero también a mí, me siento fatal conmigo. Cuando acabo de escribir todo lo que se me pasa por la cabeza, siento algo más de calma, aunque la ansiedad sigue ahí y mis ganas de mandarlo todo al traste continúan.

Entonces se me ocurre escribir sobre las opciones que tengo.

- Salir del trabajo, ir al súper y pegarme un atracón de dulces

- Salir del trabajo y emborracharme en el bar de enfrente de casa

- Hacer algo productivo para no sentirme tan mal

Está claro que de las opciones que se me acaban de ocurrir la que menos me apetece es la última, nada, acabaré como siempre ahogando mis penas.

Pero aún no puedo salir así que…seguiré escribiendo…

¿qué consecuencias tendría cada una de las opciones?

- En la primera me calmaría con muchas de las cosas que no me permito comer habitualmente, sería placentero ya lo creo, pero justo al terminar y ver como tengo el estómago…culpa, culpa y más culpa, voy a odiarme por haber tirado semanas de dieta a la basura y mañana tendría que compensar y pasar hambre…circulo que se repite cada vez que tengo un bajón.

- En la segunda me sentiría bien tan solo la primera hora, después simplemente estaría lamentándome y dejándome llevar y a saber cómo llego a casa… mañana un malestar increíble, tendría que dar explicaciones, me sentiré culpable e iré al trabajo aún peor de como estoy ahora.

- La tercera sí, sería la ideal, pero ahora no tengo ganas, hacer algo productivo no va a aliviar lo mal que me siento en este momento…aunque…y ¿si hago algo para mí, que me haga sentir bien y me calme un poco?

Algo como comprarme algo bonito nada caro solo un capricho, darme un paseo y olvidar las tareas pendientes, comprar algo rico de cenar y prepararme una cena especial, darme un baño de espuma o simplemente tumbarme en el sofá y escuchar música, hace tanto que no tengo un rato para mí...

La idea de cuidarme un poco empieza a ilusionarme, la ansiedad al estar concentrada escribiendo ha disminuido y se me acaba de ocurrir que puedo escribir un artículo contando lo que acabo de hacer para animar a otras personas a que hagan lo mismo…¡oye! ¡Si además eso suena a productivo!!

Me pongo manos a la obra y sale esto, una tarea para hacer en momentos de frustración:

Instrucciones

1. Cuando te sientas mal y quieras olvidarte de todo lo malo que acaba de pasarte o que llevas acumulando durante días, no te olvides de ti y cuídate, date cariño y no hagas el círculo más grande, no te empeñes en sentirte mañana peor si cabe.

2. ¡ESCRIBE! Escribir es una forma de distracción que nos ayuda a analizar nuestros pensamientos, nos pone en el momento presente y nos conecta con nosotros mismos. Al hacer esto nos estamos dando un tiempo y un espacio para conocernos mejor y saber qué necesitamos y cómo podemos calmarnos. Nos hace responsables de nuestros actos pues nos paramos a reflexionar antes de decidir, así somos libres de actuar, siendo impulsivos tan solo somos víctimas de nuestro propio malestar.

Y por último, nos hacemos conscientes de nuestro diálogo interno y de otras alternativas que tenemos, valorando opciones más óptimas para nosotros, es decir, rompemos el círculo: Frustración- impulso- culpa.

Escribe lo que sientes, lo que piensas, lo que quieres hacer, lo que podrías hacer, otros pensamientos que no te has planteado: ¿ qué puedo aprender de este palo que me he llevado? ¿podría tomármelo incluso con humor? ¿Y si pruebo a descatastrofizar sobre lo que me ha pasado y me rio un poco de mi mala suerte?

Vaya, pues resulta que ahora no me siento tan mal…

3. Y con este estado ahora más relajado, es cuando puedo tomar una decisión más adecuada que sin duda será mucho menos perjudicial y me hará sentir mucho mejor que ceder ante mi impulso, e incluso puede que se me ocurran ideas que no solo harán que deje de sentirme mal sino que conseguiré recuperar el control de mis emociones y me sentiré genial y orgulloso/a de mí mismo/a.

Todas las emociones comienzan a subir, llegan a su pico más alto y a partir de ahí comienzan a bajar. Tomar decisiones cuando estamos en el pico siempre nos suele llevar a error, por lo que una buena manera de actuar es dejar que suban, distraer nuestra atención con algo que nos aleje de ese sentimiento y esperar a recuperar la calma para actuar, una buena forma es mediante la escritura, porque así además nos hacemos conscientes del proceso y logramos controlar nuestros pensamientos que al final son los que siempre determinan nuestro estado emocional.

¿Te animas a probarlo?


ree



 
 
 

Comentarios


Dirección

C/ Nueva de San Antón, 6 (Granada)

C/ Ermita, 12 (Maracena)

Tlf: 666140914

Tlf: 644341883

agorapsicologas@gmail.com

Encuéntranos
bottom of page